Sin duda alguna los niveles de corrupción evidenciados durante los últimos días en el Distrito Capital ha dejado en la ciudadanía capitalina un amargo sabor a traición, pero igualmente también ha generado cierto nivel de satisfacción con los organismos de control que desarrollaron todo el proceso investigativo alrededor de tan desagradable sucedo (carrusel de contratación). Los diferentes entes de control han demostrado efectividad al desmantelar todos unos carteles de corrupción de impacto nacional, pero no han arrojado resultado alguno en los casos aislados como los del municipio de Itagüí, donde la contratación con diversas empresas también ha recibido graves acusaciones por parte de la ciudadanía y organizaciones sociales. Ha estos organismos se les debe de realizar un llamado a la imparcialidad en sus investigaciones para que sus actuaciones no sean vistas como mecanismo de persecución política contra ciertos lideres de oposición política.

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